¿Tu procesador se calienta? Cómo determinar las causas y solucionarlo


Si tu procesador se calienta demasiado puede ser debido a múltiples causas, y los síntomas son desde que los ventiladores funcionan al máximo y hacen demasiado ruido hasta que se te cuelgue el equipo. Vamos a repasar a continuación todas las posibles causas que pueden hacer que tu procesador se caliente demasiado, y cómo solucionarlas.
El procesador debe mantenerse siempre a una buena temperatura. Esto no solo prolongará su vida útil, sino que hará que el equipo tenga un mejor rendimiento y funcione de una manera más silenciosa. De manera ideal, un procesador en reposo no debe superar los 40ºC, y a máxima carga no debería superar nunca los 70ºC. Por encima de esa temperatura no solo estaremos arriesgando la integridad del procesador, sino que se producirá Thermal Throttling con su correspondiente detrimento de rendimiento, e incluso podríamos sufrir cuelgues del sistema.

Vamos a ver una a una las posibles causas que podrían causar este problema y cómo solucionarlas:

La pasta térmica

La pasta térmica es el componente viscoso que se pone entre el procesador y el disipador para paliar el que ninguna de estas dos superficies sean totalmente planas, favoreciendo la transmisión de calor desde el IHS del procesador hacia la base del disipador. 
Este componente puede ser un problema en cuatro casos: que haya demasiada, que no haya suficiente, que no se haya puesto adecuadamente o que esté en mal estado. La manera de comprobar esto es, lógicamente, desmontar el disipador y comprobarlo. Además, es buena idea cambiar la pasta térmica cada seis meses más o menos, si bien es cierto que los últimos modelos de pasta térmica de los fabricantes garantizan que no perderán sus propiedades en varios años.

Comprueba que el disipador esté bien puesto

Puede parecer absurdo, pero hay veces que por el motivo que sea el disipador no está bien colocado y es una de las primeras cosas que deberemos comprobar:
Que está firmemente sujeto.
Que la base hace contacto completamente con el procesador.
Que le hemos quitado el precinto de plástico de la base (es evidente pero se nos podría pasar al instalarlo).
Que está correctamente orientado.
Que funcionan sus ventiladores.
Si tu procesador se calienta demasiado y has revisado la pasta térmica, punto número 1 de este artículo, aprovecha y asegúrate de que el disipador está correctamente instalado.


Si tienes una refrigeración líquida, comprueba la bomba

Especialmente en sistemas de refrigeración líquida todo en uno, las cuales tienen una bomba con un motor que poco a poco va sufriendo desgaste, no es infrecuente que éste motor deje de funcionar o lo haga mal. Si la temperatura de tu procesador se dispara, nunca estaría de más que comprobaras si la bomba de la refrigeración líquida está funcionando adecuadamente, ya que si no está bombeando líquido refrigerante el sistema no funciona y, por lo tanto, el procesador se calienta más de la cuenta.

¿Demasiado polvo en la caja?

Si llevas mucho tiempo sin limpiar el PC por dentro, quizás sería una buena idea hacerlo. El polvo que entra dentro del PC se convierte el hollín a causa del calor, y el hollín se solidifica y tapa los agujeros de ventilación, se pega en las aspas de los ventiladores haciendo que produzcan más ruido, y en general es un enemigo de los ordenadores.
De igual manera, revisa todos los ventiladores y limpia sus aspas, incluyendo los del disipador o radiador. No te olvides de limpiar también el propio disipador, puesto que el polvo se mete incluso entre las aletas (Nota: un disipador por aire puede desmontarse y meterse bajo el grifo, siempre y cuando nos aseguremos de secarlo bien en seguida, para lo que podemos utilizar un secador de pelo sin problemas).


Infección por malware o troyanos

Si tu PC se calienta demasiado, podría no ser culpa solo del hardware. Hay muchos troyanos y malwares que infectan el PC y provocan que el procesador esté funcionando siempre al máximo, como por ejemplo los troyanos que ponen el ordenador a minar criptomonedas.
Empieza comprobando que, con el PC en reposo (sin estar ejecutando nada), el procesador no esté funcionando a una alta carga. Es normal que el procesador pueda estar hasta al 20% de uso sin que tengamos nada abierto, puesto que al fin y al cabo está mostrando el escritorio en la pantalla, y el sistema operativo está haciendo sus cosas también. Más preocupante sería si estando en reposo, el procesador está al 100% de funcionamiento.
Como consideración adicional a esto, comprobad también la carga de los núcleos (en el administrador de tareas de Windows, por ejemplo). Puede ser que tengáis todos los núcleos en reposo menos uno, y ese uno que esté al 100%. Eso podría ser una evidencia de que hay un troyano funcionando en segundo plano. Si crees que puedes tener un virus o troyano, y que éste sea el causante de que tu procesador se calienta demasiado, sería recomendable usar algún antivirus o antimalware de los más populares, tales como Malwarebytes o AVG.


Puede que tu disipador no sea suficiente

Si con todo y con eso tu procesador todavía se calienta demasiado, podría ser simplemente que el disipador no es lo suficientemente bueno para él. Si por ejemplo tienes un procesador de gama media o media-alta y utilizas el disipador de stock que te da el fabricante, seguro que es insuficiente. En todo caso, el contar con un buen disipador para el procesador garantiza que la temperatura será mucho mejor que con los disipadores de stock y que el PC será más silencioso, así que si todas las anteriores opciones no han servido para que tu procesador no se caliente tanto, quizás deberías pensar en invertir en un disipador mejor que el que tienes actualmente.



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